¿Cuántas veces nos paramos frente a un espejo para vernos? Seguramente varias, ¿pero cuántas de ellas lo hacemos con verdadera dedicación, mirando cada detalle?

Pintura, escultura, grabado, caricatura, fotografía, museos, galerías, artistas, diseñadores, curadurías, subastas y todo lo concerniente a las creaciones artísticas.
¿Cuántas veces nos paramos frente a un espejo para vernos? Seguramente varias, ¿pero cuántas de ellas lo hacemos con verdadera dedicación, mirando cada detalle?
Como buena turista y amante del arte, una de mis primeras paradas en Madrid fue el Museo Thyssen-Bornemiza. ¿Por qué no el Prado? La razón es fortuita y sencilla: la entrada al Thyssen los lunes es gratuita.
Empecemos por la construcción que alberga el Museo Soumaya. El edificio fue diseñado por el arquitecto Fernando Romero, yerno de Carlos Slim. Su fachada está compuesta por 16 mil piezas de aluminio hexagonales de distintos tamaños, que arman una especie de panal de abejas. Es visible a metros de distancia y resalta entre los innumerables conjuntos habitacionales de la zona. En lo personal, no me encanta, pero reconozco que hay una propuesta arquitectónica distinta a lo que se ve en la cotidianidad.
Una de las narraciones más fascinantes que he leído de Enrique Serna es “Hombre con minotauro en el pecho”. Para quien no lo conoce, este escritor nació en el Distrito Federal, en 1959 y estudió letras hispánicas en la UNAM. Es narrador y ensayista; entre sus obras destacan las novelas Uno soñaba que era rey, Señorita México, El miedo a los animales y El seductor de la patria; el libro de cuentos Amores de segunda mano y la colección de ensayos Las caricaturas me hacen llorar. En el año 2000 obtuvo el Premio Mazatlán de Literatura.
Los coleccionistas son considerados personas de gran prestigio, pues gracias a ellos sobreviven algunas obras, e incluso algunos museos. Invertir en arte no se trata solo de multiplicar el dinero.